El hecho es que muchos adolescentes pueden ocultar a sus familias por meses o aun por años estos desórdenes de posibles consecuencias serias o fatales.
La adolescente con anorexia nervosa es típicamente una perfeccionista que saca muy buenas calificaciones en la escuela. Al mismo tiempo, se subestima, cree irracionalmente que está gruesa aun cuando pierde mucho peso y se pone muy delgada. La adolescente con anorexia nervosa necesita desesperadamente sentirse en control de su propia vida y cree estar en control solamente cuando le dice no a la demanda por la comida que necesita su cuerpo. En su deseo de adelgazar, la joven en verdad se está matando debido a su régimen de hambre. Esto llega al punto de hacerle un daño muy serio a su cuerpo y en ocasiones hasta puede llevarla a la muerte.
Los síntomas de la bulimia son diferentes a los de la anorexia nervosa. La paciente ingiere grandes cantidades de comida de altas calorías y luego se purga de estas calorías haciéndose vomitar y a menudo usando laxantes.
Las adolescentes tratan de ocultar las vomiteras haciendo correr el agua mientras están encerradas en el baño. Las purgas de la bulimia presentan un peligro muy serio a la salud física del paciente, incluyendo la deshidratación, el desequilibrio hormonal, el agotamiento de minerales importantes y el daño a los órganos vitales.
Vigorexia no es exactamente un trastorno de la alimentación, pero guarda una estrecha relación.
En la persona vigoréxica, se presenta una sintomatología muy parecida a la de las personas anoréxicas, sólo que, cuando las anoréxicas se ven excedidas de peso y luchan por bajar de peso (y lucen su flacura con orgullo), las personas vigoréxicas se sienten escuálidas y quieren aumentar cada día más su masa muscular, luciendo con orgullo su apariencia exageradamente musculosa.
La persona con vigorexia se obsesiona por verse musculosa, se mira constantemente en el espejo y acude a la báscula frecuentemente. Abandona sus actividades sociales y le dedica todo el tiempo posible al gimnasio y a entrenar. Los regímenes alimentarios de una persona con vigorexia son ricos en proteínas, le dan demasiada importancia a los anabolizantes y a los productos dopantes. Los afectados son en su mayoría hombres de entre los 18 y los 35 años de edad, quienes comienzan a dedicarle demasiado tiempo a los ejercicios propios de un gimnasio. Al dedicarles de entre tres a cuatro horas diarias, le restan importancia al resto de sus labores y ocupaciones cotidianas.
Por norma general, el afectado por esta enfermedad no acude al médico hasta que el problema ya es muy avanzado y se tratan casos extremos que acaban en anorexias o bulimias de varones.
En la persona vigoréxica, se presenta una sintomatología muy parecida a la de las personas anoréxicas, sólo que, cuando las anoréxicas se ven excedidas de peso y luchan por bajar de peso (y lucen su flacura con orgullo), las personas vigoréxicas se sienten escuálidas y quieren aumentar cada día más su masa muscular, luciendo con orgullo su apariencia exageradamente musculosa.
La persona con vigorexia se obsesiona por verse musculosa, se mira constantemente en el espejo y acude a la báscula frecuentemente. Abandona sus actividades sociales y le dedica todo el tiempo posible al gimnasio y a entrenar. Los regímenes alimentarios de una persona con vigorexia son ricos en proteínas, le dan demasiada importancia a los anabolizantes y a los productos dopantes. Los afectados son en su mayoría hombres de entre los 18 y los 35 años de edad, quienes comienzan a dedicarle demasiado tiempo a los ejercicios propios de un gimnasio. Al dedicarles de entre tres a cuatro horas diarias, le restan importancia al resto de sus labores y ocupaciones cotidianas.
Por norma general, el afectado por esta enfermedad no acude al médico hasta que el problema ya es muy avanzado y se tratan casos extremos que acaban en anorexias o bulimias de varones.
- Mirarse constantemente en el espejo y aún así sentirse enclenques.
- Invertir todas las horas posibles en hacer deportes para aumentar la musculatura.
- Pesarse varias veces al día y hacer comparaciones con otras personas que hacen fisicoculturismo.
- La enfermedad deriva en un cuadro obsesivo compulsivo, que hace que el vigoréxico se sienta fracasado, abandone sus actividades y se encierre en un gimnasio día y noche.
- Peso normal o ligero sobrepeso.
- También siguen dietas bajas en grasas y ricas en hidratos de carbono y proteínas para aumentar la masa muscular, por lo que corren mayor riesgo de abusar de sustancias como hormonas y anabolizantes esteroides..
Todo ello puede producir en la/el enferma/o una serie de consecuencias físicas y del comportamiento:
- Numerosos problemas orgánicos y lesiones pueden aparecer cuando la práctica deportiva es excesiva.
- Las desproporciones entre las partes corporales son muy frecuentes, por ejemplo, un cuerpo muy voluminoso con respecto a la cabeza.
La sobrecarga de peso en el gimnasio repercute negativamente en los huesos, tendones, músculos y las articulaciones, sobre todo de los miembros inferiores, con desgarros y esguinces.
- La alimentación es otro problema muy frecuente e importante, ya que consumen muchas proteínas e hidratos de carbono y poca cantidad de grasa en un intento de favorecer el aumento de la masa muscular. Ocasionándoles muchos trastornos metabólicos..
- El uso de anabólicos es también otra consecuencia que se asocia a la vigorexia, en un intento de mejorar el rendimiento físico e incrementar el volumen de sus músculos. Con el uso de estas sustancias no se obtiene ningún beneficio, sino todo lo contrario, ya que producen muchos trastornos en el organismo como masculinización e irregularidades del ciclo menstrual en las mujeres, acné, problemas cardíacos, atrofia testicular, disminución de la formación de espermatozoides y retención de líquidos, entre otros.
- Es importante tener en cuenta que estas drogas no aumentan la fuerza muscular, la agilidad ni la resistencia.
CLAVES PARA PREVENIR Y AFRONTAR LA VIGOREXIA
El tratamiento debe enfocarse a modificar la conducta y la perspectiva que los enfermos por vigorexia tienen sobre su cuerpo:
- El entorno afectivo cumple una función muy importante en su recuperación, al brindarle apoyo cuando intentan disminuir su programa de ejercicios a rutinas más razonables.
- Es necesario disminuir el entusiasmo y la ansiedad por la práctica deportiva intensa logrando que se interesen por otras actividades menos nocivas para su cuerpo.
- El hecho de desear la imagen corporal ideal no implica necesariamente que la persona padezca algún trastorno psicológico, pero siempre debe estarse muy atento ya que las probabilidades de que sí aparezca son mayores en éstas personas.
La obesidad es la enfermedad crónica de origen multifactorial que se caracteriza por acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido adiposo en el cuerpo; es decir cuando la reserva natural de energía de los humanos y otros mamíferos, almacenada en forma de grasa corporal se incrementa hasta un punto donde está asociada con numerosas complicaciones como ciertas condiciones de salud o enfermedades y un incremento de la mortalidad.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define como obesidad cuando el IMC o índice de masa corporal (cálculo entre la estatura y el peso del individuo) es igual o superior a 30 kg/m².[1] También se considera signo de obesidad un perímetro abdominal aumentado en hombres mayor o igual a 102 cm y en mujeres mayor o igual a 88 cm.(Ver: diagnostico de la obesidad).
La obesidad forma parte del síndrome metabólico siendo un factor de riesgo conocido, es decir predispone, para varias enfermedades, particularmente enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, ictus, osteoartritis, así como a algunas formas de cáncer, padecimientos dermatológicos y gastrointestinales.[2] [3] (Ver: Efecto sobre la salud).
Aunque la obesidad es una condición clínica individual se ha convertido en un serio problema de salud pública que va en aumento y la OMS considera que "La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,6 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso. Aunque anteriormente se consideraba un problema confinado a los países de altos ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de ingresos bajos y medianos

La desnutrición es un estado patológico provocado por la falta de ingesta o absorción de alimentos o por estados de exceso de gasto metabólico. Puede ser primaria que también puede ser llamada desnutrición leve, o desnutrición secundaria, la cual si llega a estar muy grave puede llegar a ser una patología como el cáncer o tuberculosis.
Los tipos de desnutrición que puede adquirir los niños que lucen sanos y en su peso ideal pero a través de un examen de laboratorio (orina y sangre) se revela su estado de desnutrición.

Con el tratamiento comprensivo adecuado, a muchas adolescentes se les puede ayudar a eliminar estos síntomas o a controlar estos desórdenes. El tratamiento para los desórdenes de la alimentación usualmente requiere de un tratamiento en equipo; incluyendo la terapia individual, la terapia de familia, el trabajo con el médico primario, el trabajo con un nutricionista y los medicamentos. Muchas adolescentes sufren de otros problemas; incluyendo la depresión, la ansiedad y el abuso de substancias. Es importante el que se reconozcan estos problemas y se les de el tratamiento apropiado.
Las investigaciones demuestran que la identificación y el tratamiento a tiempo tienen resultados favorables. Los padres que notan estos síntomas de anorexia o de bulimia en sus adolescentes deben de pedirle al médico de familia o al pediatra que los refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes que se especialice en el tratamiento de estos desórdenes y que pueda coordinar el equipo de tratamiento.
